martes, 7 de agosto de 2012

Resistencia realista y conspiraciones en el Perú




El Gobierno de Abascal La época de la crisis política española y de formación de juntas de gobierno en América correspondieron en el Perú al gobierno de José Fernando de Abascal, marques de la concordia. Abascal, persona enérgica y de ideas conservadoras, se opuso y combatió todos los ideales liberales defendidos por Cádiz y las Juntas de Gobierno.

Abascal organizo ejércitos contra las juntas de Quito, Chuquisaca, Charcas y Santiago, a las que disolvió. Así mismo derroto a las expediciones argentinas, procedentes del rio plata, en el territorio del Alto Perú. Esto fue posible gracias a una cuidadosa recolección de impuestos y a la movilización obligatoria de la población aledaña. A pesar de ello, no pudo acabar con el nuevo gobierno de la provincias unidas del rio plata, que ya habían proclamado su independencia en 1810.

El gobierno de Abascal contribuyo a fortalecer el poder real en el Perú y a devolverle la importancia que este había perdido con las reformas borbónicas. Sin embargo, la población peruana simpatizaba cada vez mas con la propuesta separatista, ya fuera a través de las conspiraciones limeñas o de las rebeliones de provincias. Abascal dirigió entonces su lucha contra esos dos frentes.

Las Conspiraciones Limeñas  La primera forma de conspiración se dio en las tertulias de profesores y alumnos. Esto ocurrió en el colegio de San Fernando, en el oratorio de San Felipe Neri y en el Real Convictorio de San Carlos. El grupo de los Fernandinos estaba dirigido por el médico Hipólito Unanue; el de los oratorianos, por José de la Riva Agüero; y el de los carlinos, por Toribio Rodríguez de Mendosa.  

En el año 1809, los hermanos Mateo Remigio Silva-junto con Antonio María Pardo-intentaron formar una junta de Gobierno, pero fueron apresados. A pesar de ello, los movimientos continuaron.

Rebeliones en Provincias Fuera de la capital, el descontento contra el sistema colonial era mucho mas generalizado y devino en alzamientos armados contra el gobierno. Fue así como se dieron las rebeliones de Tacna, lideradas por Francisco de Zela en 1811 y Enrique Paillardelle en 1813, así como el movimiento de Huánuco, dirigido en 1812 por Juan José Crespo y Castillo.

La gran rebelión de Mateo Pumacahua (Curaca de Chincheros) se desarrollo entre 1814 y 1815, con la participación de los hermanos Angulo.

La rebelión de Pumacahua se inicio el 3 de agosto, cuando luego de la captura de los oidores del cusco, pasaron a proclamar la junta de gobierno de las provincias unidas del sur. Esta rebelión fue la mas organizada y ha sido considerada como la “segunda gran rebelión del cusco” comparándola con la de Túpac Amaru II.

El movimiento organizo sus ataques en tres frentes:

·          Alto Perú y Puno: Dirigido por el cura Ildefonso Muñecas y Manuel Pinelo. Fueron derrotados en Chacaltaya.
·         Huamanga: Dirigido por José Gabriel Béjar y Mariano Angulo. Fueron derrotados en la batalla de Huanta en octubre de 1814.
·         Arequipa: Dirigido por Mateo Pumacahua y Vicente Angulo. Tras una victoria obtenida en Apacheta (noviembre de 1814), fueron derrotados en Umachiri (marzo de 1815). Alli murieron tanto sus lideres como el poeta Arequipeño Mariano Melgar.
La historiadora Scarllett O’Phelan sostiene que con esta rebelión se apago momentáneamente el ímpetu revolucionario del sur peruano, que se mantuvo como foco realista durante la independencia del Perú. 

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